La caída del cabello, un problema que puede afectar a todos. Muchas veces se busca evitar la caída preventivamente, y en otras ocasiones se actúa para frenar la caída del pelo cuando la alopecia ya está avanzada. Sin embargo, solo aquellos que buscan tratamientos de manera temprana tendrán más oportunidades de obtener resultados positivos. Conoce los ciclos de caída del cabello, cuándo se debe preocuparse por la caída y como se puede prevenir la pérdida excesiva de pelo.
El pelo y sus ciclos de crecimiento y caída
Los cabellos se clasifican en dos tipos principales: terminales y vellosos. El pelo velloso es de diámetro pequeño y carece de pigmento, y en consecuencia difícil de descubrir. Incluso en áreas aparentemente “no vellosas” de la piel (por ejemplo, frente y párpados), se encuentran estos. Los cabellos terminales son gruesos, pigmentados y largos, y se observan en cuero cabelludo, cejas, axilas y áreas genitales de varones y mujeres y, en gran parte del tronco de varones adultos.
El pelo pasa por varios ciclos de crecimiento, de tal forma que la longitud de los pelos terminales y el vello es determinada por la región específica del cuerpo y también por las características genéticas de cada persona. Estos ciclos recurrentes consisten en: crecimiento activo del pelo (fase anágena), regresión del folículo piloso (fase catágena) y un periodo de reposo del ciclo de crecimiento (fase telógena). Cada folículo en la piel del ser humano presenta un ritmo independiente de crecimiento. Por lo tanto, en el cuero cabelludo, un 80 a 85% del pelo se encuentran en su fase anágena y el otro 15 a 20% en fase telógena en cualquier momento dado.
La alopecia (calvicie) se define como la pérdida de cualquier cantidad de pelo. Esta puede afectar áreas localizadas del cuero cabelludo, del cuerpo en su totalidad o la totalidad de estos dos sitios; pero la que más nos preocupa es la que es visible y sucede en el cuero cabelludo (piel de la cabeza). La alopecia puede ser difusa o localizada -es decir, puede afectar la totalidad del cuero cabelludo ya sea de manera parcial o completa o sólo una pequeña área del mismo.
Cuándo preocuparse por la caída del cabello
La pérdida de cabello que sigue un patrón predeterminado es la forma más común de pérdida de cabello en ambos sexos después de la pubertad. Esto quiere decir que se presenta en forma progresiva y su avance se da con un patrón específico siendo éste distinto entre hombres y mujeres. Los varones comienzan a presentar la recesión del cabello en el área de las sienes aunado a un adelgazamiento del pelo y, eventualmente, se vuelve evidente un área de calvicie en el vértice de la cabeza el cual se ampliará hasta abarcar toda la parte superior y algo de la posterior de la cabeza (coronilla). Las zonas arriba de las orejas y la de la nuca permanecen con pelos.
En contraste con el patrón masculino, las mujeres desarrollan el adelgazamiento del pelo de manera difusa, el cual se puede presentar sobre toda el área del cuero cabelludo. La alopecia femenina se presenta en una minoría de las mujeres (menos del 5%). Tanto en hombres como en mujeres la aparición de signos de alopecia puede ser resultado de factores genéticos u hormonales. La calvicie hereditaria es tan común que es considerada como parte normal del proceso de envejecimiento.
Todos los hombres y mujeres se verán afectados por pérdida de cabello que sigue un patrón determinado en algún momento de sus vidas. Si bien la mayoría de los hombres habrán desarrollado un patrón de recesión en la línea de pelo frontal a mediados de sus veinte años de edad y calvicie notable a los 50 años, para la mayoría de las mujeres puede ser leve y en etapas tardías de la vida. Sin embargo, cuando la caída del cabello es prematura o severa, puede llegar a ser una causa de angustia considerable.
La escala Norwood Hamilton para medir la calvicie
A través de los años se han propuesto diversos sistemas de clasificación de la calvicie para fines de diagnostico y pronóstico con la finalidad de que los profesionales recomienden el tratamiento a seguir. Estos sistemas varían desde los más simples los cuales se basan en los patrones de recesión de la línea del pelo (las llamadas “entradas”) hasta las clasificaciones más avanzadas basados en múltiples factores que afectan al cuero cabelludo y a la estructura del pelo. La mayoría de estos sistemas de clasificación tienen sus limitaciones. Actualmente las escalas de clasificación más usadas son la de Hamilton-Norwood para los hombres y el sistema Ludwig para las mujeres para describir los patrones de alopecia y establecer su gradación.
La escala de Hamilton-Norwood es una forma de medir la extensión de la calvicie de patrón masculino y es el estándar generalmente aceptado cuando se describe la pérdida de cabello. Esta escala, utilizada actualmente, fue originada por el Dr. James Hamilton en la década de los 50, con modificaciones posteriores por parte del Dr. Norwood.
Los hombres suelen perder el pelo con distintos patrones: los más comunes son el retroceso en las sienes, en la parte superior posterior de la cabeza, conocida como vértice, y el adelgazamiento difuso donde el cabello en áreas grandes se vuelve fino y delgado, sin un cambio específico en la línea del cabello. También se producen combinaciones de estos tipos de pérdidas.
Esta escala tiene en cuenta el desarrollo de este problema capilar que suele comenzar en la zona frontal y temporal (la zona de las “entradas”) y explica los diferentes tipos de alopecia androgénica. Esta escala clasifica los 7 estados o etapas por los que puede pasar un hombre con alopecia androgénica a lo largo de su vida:
- En la etapa I se observa una muy pequeña recesión en la línea del cabello, por lo que no hay necesidad de llevar a cabo ningún tratamiento. A menos que se tenga un historial familiar de calvicie, no hay que preocuparse. Si, por lo contrario, si se tienen antecedentes familiares de calvicie masculina, es recomendable vigilar el proceso con lupa y, para prevenir al máximo, utilizar productos capilares no agresivos.
- En la etapa II se observa pérdida del cabello leve en la zona temporal. Aparecen las entradas a ambos lados de la frente de forma simétrica. Es el mejor momento para comenzar los tratamientos capilares ya que en esta fase es cuando son más efectivos y actúan de forma más rápida.
- En la etapa II-A se produce un aumento de la pérdida del cabello en la zona frontal.
- En la etapa III se acentúa el retroceso del pelo en la zona de las entradas. Es a partir de este tipo cuando se empieza a hablar de calvicie.
- En la etapa III-A las “entradas” se acentúan mucho más
- En la etapa III-Vertex empieza la pérdida del pelo en la zona de la coronilla.
- En la etapa IV la zona sin pelo en la coronilla (vertex o vértice craneal) aumenta. En este estadio los tratamientos siguen siendo efectivo y siguen dando muy buenos resultados.
- En la etapa IV-A la zona de la coronilla no se ha visto afectada pero la zona frontal está totalmente despoblada.
- En la etapa V la zona frontal y la de la coronilla se separa únicamente por una pequeña región estrecha con cabello.
- En la etapa V-A prácticamente desaparece la región con cabello entre ambas zonas.
- En la etapa VI la zona frontal y la de la coronilla llegan a unirse, ya no existe cabello suficiente para cubrir las zonas calvas.
- La etapa VII es el grado de alopecia más pronunciado. Únicamente queda cabello en la zona superior de las orejas y de la nuca y no es suficiente para un injerto.
Cómo tratar las zonas donde ya no hay cabello
Existen varias formas de tratar la caída del cabello y de recuperarlo en las zonas donde ya no hay pelo. La clave de todo esto es: no esperar demasiado. Como lo explica la escala de Norwood Hamilton, en los niveles VI y VII de calvicie la pérdida de folículos ha sido tan grande ya no existe suficiente cabello donante para solucionar el problema.
Para evitar la caída de cabello el cuero cabelludo se puede tratar con gimnasia capilar, un tratamiento preventivo que consiste en aplicar nutrientes directamente a la base del folículo piloso. Este hace que el pelo se fortalezca desde su base, recuperando así el grosor del cabello. Sin embargo, este tipo de tratamientos funcionan únicamente si aún existen bulbos pilosos en la zona afectada.
El tratamiento de las zonas donde ya no hay cabello es el injerto capilar. Ya sea empleando la técnica FUE (técnica de extracción folicular) o la FUSS (técnica de tira), se retiran cabellos de la zona donante y se injertan en donde ya no hay pelo. Esto permite que se vuelva a dar el crecimiento del cabello en las áreas afectadas. Los injertos capilares no tienen efectos secundarios y el pelo nuevo puede ser peinado y teñido con normalidad.
Siempre es bueno primero consultar con un médico o un especialista antes de recibir algún tratamiento o intervención, es aquí donde Capilea Monterrey puede ayudarte. Capilea Monterrey es un centro integral de restauración capilar donde cada caso de calvicie es visto de manera personal para brindar la mejor experiencia y seguridad a nuestros pacientes.
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